domingo, 11 de diciembre de 2011

Un vistazo

Gorrioncillo encaramado a un palito, balanceándose continuamente, moviendo la colita, alas plegadas y rápidos movimientos de cabeza... Eso eres mientras escucho tu canto gitano sin querer escucharlo porque al pasar a tu lado, como el que recita una poesía aprendida de memoria, cantas y cantas a media voz para oírte. Para que te oigan quizá también. Quién no te puede escuchar... quién puede ser tan sordo y tan ciego como para no percibirte.

            Me paro un poco alejada de ti y observo tu figurita recortándose sobre un paisaje de viandantes ajenos y coloridos. Elevada y exenta, como en un bajorrelieve, permaneces en precario equilibrio sobre la barandilla del metro. Una chupa negra barata. Unos vaqueros desgastados y una melena rubia oscura, nada más. Ningún adorno, no los necesitas. Supongo que los llevas por dentro y que de donde quiera que sea que hayas partido en este viaje no tenías tampoco más que los que supieses sacar de dentro. Me aparto y no me retiro, quiero saber qué haces ahí. Por qué gorgoteas flamenco como si estuvieras en un tablao. Por qué adornas con tu pequeño trasero y tus largas piernas ese hierro negro duro y feo. Te miro desde lejos. Y tú, inquieta, perspicaz y quizá acostumbrada, sabes que te observan y sientes mi mirada desde lejos aunque no sepas dónde estoy. Intentas localizarme pero desistes y paras a un hombre que pasa delante de ti. No escucho qué le dices, qué le pides. Él sonríe y niega con la cabeza sin apartar la vista de tu carita de porcelana impecable, serísima, trágica. Cruzo de nuevo la calle a riesgo de que me descubras pero no, aunque tu mirada infantil y tu desparpajo adulto se cruzan con mis ojos sorprendidos y curiosos no, no sabes que soy yo la que te estoy mirando. Eres la quintaesencia de lo bello, de lo protegible, de lo efímero, de lo perdurable, eres la Virgen niña que todos los pintores desean para sus cuadros y no lo sabes... o si.

            En un instante te pierdo de vista. Eres tan pequeña y tan escurridiza... ¿13 años? Quizá, no cabe más en ese rostro. De pie no mides más de metro y medio. Pero sí, estás ahí. Paso por tu lado y no tienes acento, sólo cantas flamenco, pero no tienes acento. No distingo qué dices, pero te estás enrollando a hablar con dos muchachas mayores que salen la tarde del viernes, arregladas, pintadas, vestidas como se visten las mujeres. ¿Qué les pides, qué les cuentas, qué quieres que te den? Plantas cara con las manos en los bolsillos del pantalón, tú no necesitas ningún adorno; tú eres, eso está claro. Les llegas al hombro y les debes llegar también a donde la sangre fluye al corazón, que éste nunca tiene maquillaje y aunque sea un músculo desentrenado y perezoso, tiene cierta tendencia a la actividad cuando un poderoso estímulo en forma de pajarito pedigüeño y descarado, ingenuo e interesado se les aproxima y les aborda. También se sonríen. No sé si te darán lo que quieres.

            Me alejo con ganas de llevarte conmigo a donde nadie te pueda hacer daño nunca. No puedo tomar a un gorrioncillo pensando que así le estoy librando de todo mal. Espero y deseo que sigas pidiendo, que sigas creciendo y que sigas cantando. Espero también que no te moleste que piense, no lo puedo evitar,  aunque nunca lo sepas, que nunca había visto una Lolita de verdad y que si Navokov te hubiera visto habría caído de rodillas ante ti y te habría intentado despedazar. Espero que te sepas defender de esa amenaza y que sepas manejar ese inmenso poder. Y espero que, como ahora, ni te importe, ni dejes de meterte las manos en los bolsillos cuando cruces la frontera desde tu reino, creciendo, al resto de continentes que están esperando que aparezcas para conquistarlos.
                                                                      

CHOOSE ONE

De repente, sí, como la caída del muro de Berlín, como la crisis (je je), se me vinieron a la cabeza estos nicks y como me partía mientras los escribía pensé que aquí debían quedar para quien quiera adoptarlos.

Ahí van, de momento. A ver cuál escoje Manu para mí y viceversa...


Ama Bless                   Esclavo Oclavito                         
Ama Dora                    Esclavo Penetrador                           
Ama Pola                     Esclavo Contaco
Ama Te                       Esclavo Acerado
Ama Me                      Esclavo Ntellama
Ama Los                      Esclavo Lador
Ama Les                      Esclavo Luntad
Ama Gra                      Esclavo Oso
Ama Thing                   Slave Zultima
Ama Zing                     Slave Fénix
Ama Ytress                  Slave Struzz
Ama Durita                  Slave Del Paraíso
Ama Yorette                Slave María
Ama Splacer                Slave Ramamía
Ama Jísima                  Slave Madrid-Valencia
Ama Lona fuerte          Siervo Ciervo
Ama Letta                    Siervo Sierto
Ama Smas                   Siervo Yvoy
Ama Yor                     Siervo Luntarioso
Ama Dress                   Siervo Luminoso
Ama Illot                      Siervo Mitivo
Ama Jadahonda          Siervo Ladura
Ama Nu                       Siervo Nito
Ama Nolo                    Siervo Tado
Ama Rass                    Siervo Soismia
Ama Ster                     Siervo Treservant
Ama Yojunio               Slave Suspies
Ama Still                      Sumiso Omiso
Ama Ron                     Sumiso Sostenido
Ama Rillo                     Sumiso Stress
Ama Zona                    Sumiso Non
Ama Rana         
Dómina Nada
Dómina Carbonera
Dómina Tiva
Dómina Pródiga
Dómina Sólida
Dómina Ción 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Mujer y Negra


Miraba con extrañeza y mucha curiosidad a los otros, se ponía cabeza abajo y rabito arriba pero claro, desde esa perspectiva todavía era más difícil entenderlos. Tomara la inclinación que tomara los notaba fríos, con la mirada perdida, el gesto torcido, cimbreantes y presuntuosos, envueltos en sus armaduras brillantes y plateadas, bien alineados y luciendo, algunos de ellos, gotas sanguinolentas como testigos de la dura lucha que les había sometido. Se estremeció silenciosa, les imaginaba sin saber por qué tremendamente solos, tremendamente silenciosos, en continua lucha. Ella por lo menos había crecido como una piña, arracimada junto a sus hermanas, sin conocer nada de largos viajes y continua fuerza contra corriente. ¡cómo se notaba la diferencia de género!- pensaba nuestra coloreada amiga.

            Pues ¿Y cuando se fijaba la tienda de enfrente? Aquéllos eran tan especiales que estaban en pedestales, se separaban del resto con un cristal y se exhibían orgullosos, de dos en dos siempre, en diferentes posturas retadoras, conservando todavía un deje del aspecto animal originario que les hacía aún más atractivos y salvajes. Pero definitivamente, tan aislados que no era posible comunicarse con ellos... -Serán extranjeros- pensaba ella –Como yo, que acabo de llegar...- Y ¿de qué género? Bueno, aún será más difícil entenderlos, más diferencias todavía...

            Otros más, allí, con un ojito único, grande, que latía con un ruido continuo como un goteo, como un corazoncito en la otra tienda. Nada que ver con nada de los demás.

            A donde mirara, ella, oscurita y dulce, no encontraba más que diferencias que no conseguía entender....

            Al cabo se tranquilizó y recordó lo que le había enseñado su profesora feminista: los géneros son construcciones sociales, artificiosas y múltiples dentro de las que nos movemos y ninguno de ellos es más adecuado que otro... el sexo biológico no es la identidad sexual ni el género y hay quien no entra o bien entra y sale de cualquier clasificación por razón de sexo o por cualquier otra razón, que buenas y largas las hay y dan para gran debate..

            Nuestra uvita respiró, en su género y en su número, esponjándose en su racimo y miró sin odio ni rencor, con mente amplia y sabiendo que no hay otra perspectiva posible más que el afecto y el entendimiento a sus compañeros pescados, zapatos, relojes... No quería que les separara el abismo de la incomprensión o lo que es lo mismo, estar en mostradores diferentes del mercado.